Parroquia de Nuestra Señora de las Maravillas
Convento de San Esteban
Origen y primeras construcciones (siglo XVI)
A mediados del siglo XVI, en España se lleva a cabo una intensa actividad fundacional de conventos de todas las órdenes religiosas, destacando especialmente la labor de los franciscanos. Fue en Cehegín, a unos 400 pasos del núcleo urbano según las crónicas, donde se situó su convento, rodeado de campos y sierras.
Para su construcción se aprovechó una pequeña ermita dedicada a San Esteban protomártir, de una sola nave, estructura sencilla y decoración mudéjar, muy del gusto de la época.
Reformas y ampliaciones (siglo XVII-XVIII)
Una vez asentada la comunidad, a finales del siglo XVI, se acomete una profunda restauración que modificó completamente la antigua ermita. Bajo la dirección de Ginés de Gea, maestro de la Iglesia Mayor de Santa María Magdalena, se levanta de nuevo la cabecera y se pasa de una iglesia de nave única a una iglesia con sendas hileras de capillas.
Entre finales del siglo XVI y principios del XVII, se producen dos hechos importantes:
El paso de una vida recoleta a la observancia franciscana.
La creación del Colegio Seminario de Misioneros Apostólicos.
En el siglo XVIII se acomete una importante renovación arquitectónica y decorativa que da lugar al convento actual, destacando especialmente:
La llegada de la Virgen de las Maravillas que cambiaría la historia del convento y de Cehegín.
La decoración barroca que se adueña del espacio mediante yeserías caprichosas de corva y contracurva.
En 1755 se realiza una ampliación en el lado izquierdo del crucero, creando la capilla de San José, financiada por la Venerable Orden Tercera y don Alonso José Carreño.

La iglesia y su fachada
En el siglo XVI se levantó una pequeña iglesia, que en el siglo XVIII se remodeló y dotó de una fachada barroca, aunque no se terminó por completo, quedando pendiente el cuerpo de campanas de la derecha.
La fachada fue transformada a mediados del siglo XX, conservando su estructura original. Elementos destacados:
Puerta de acceso con dos pequeñas ventanas abiertas con la llegada de la Virgen para que los fieles pudieran verla desde la calle.
Ventana del coro con gran rejería.
En la parte superior, una venera con la imagen de la Virgen.
Culmina con una cubierta a dos aguas y una cruz central.
El claustro y las dependencias conventuales

El conjunto del convento-monasterio está compuesto por:
Iglesia
Claustro
Huerto
Antiguo convento seráfico
El claustro, del siglo XVII, presenta una doble altura:
El piso inferior, abierto con arcos de medio punto.
La planta superior, con arcos carpaneles.
El retablo mayor y su programa iconográfico
Situado en el presbiterio, destaca el majestuoso retablo mayor de estilo churrigueresco. Su estructura está organizada en tres calles articuladas por cuatro columnas salomónicas, cuyas decoraciones muestran hojarascas carnosas, tallos, flores y pájaros portando frutos en sus picos, aportando dinamismo y movimiento a toda la composición.
El retablo se distribuye en tres cuerpos, coronados en su parte superior por un arco desde donde arranca la bóveda. En lo alto preside la imagen de San Esteban protomártir, titular de la antigua ermita y del convento.
A ambos lados del retablo se disponen dos lienzos que completan su programa iconográfico:
Santo Domingo, fundador de la Orden de Predicadores.
San Francisco, fundador de la Orden Franciscana.
Estas tres figuras —San Esteban, San Francisco y Santo Domingo— establecen un lenguaje simbólico sencillo pero elocuente: representan a los fundadores de las órdenes mendicantes y al primer mártir del cristianismo, todos hermanados bajo la protección y presencia de la Virgen de las Maravillas, Patrona de Cehegín y centro espiritual del convento.