La Virgen de las Maravillas
Creyentes o no creyentes, la Virgen de las Maravillas es, lo sé, para los cehegineros, mucho más que una Patrona, un pretexto, o una fiesta. Cuando en las noches del 10 al 14 de septiembre todos Cehegin queda paralizado de expectación y respeto ante la imagen de su patrona que recorre las calles, ahí hay algo más que una devoción o costumbre.
Arturo Pérez Reverte
Se llama Maravillas, y en verdad que lo es… Quien no lo crea, que venga a Cehegin; Que venga, y ¡que lo vea!
P. Fermín Maria Garcia
...Sin duda una luz del cielo Al escultor dirigió...
P. Gabriel Olivare
Crisis y búsqueda de esperanza
En el siglo XVIII, Cehegín atravesaba una etapa de epidemias, malas cosechas y crisis moral. La población, desanimada, dejó de sentirse identificada con su antigua patrona, la Virgen de la Peña, cuyo santuario se hallaba a más de seis kilómetros del municipio.
Ante esta situación, el franciscano Francisco Fernández Moreno Pastor, conocido como el Padre Moreno, decidió buscar una nueva imagen mariana que renovase la devoción y la esperanza del pueblo. Durante una visita de Pedro Antonio Pereti a Caravaca, le encargó gestionar la creación de una imagen que pudiera devolver el fervor a Cehegín.

Encargo, leyenda de su creación y llegada milagrosa
Pedro Antonio trasladó el encargo a su hermano Lorenzo Pereti, comerciante con Italia, quien viajó hasta el prestigioso taller de Nicolás Fumo en Nápoles. Las crónicas discrepan sobre si Lorenzo encargó la obra desde cero o seleccionó una imagen mariana inacabada. Sin embargo, la leyenda popular cuenta que entre 1721 y 1722, el escultor, obsesionado con lograr un rostro de belleza sin igual, soñó con el semblante perfecto de la Virgen y, al despertar, el escultor comenzó a trabajar pero fueron los ángeles quienes guiaron la mano del artista, y que la Virgen, una vez terminada la imagen, descendió desde el cielo para abrazar a la imagen, escogiendo su pueblo como lugar de gracia y protección.
La imagen partió de Nápoles en un barco mercante inglés, que naufragó en aguas mediterráneas. Sin embargo, el 16 de julio de 1725, un cajón con la imagen intacta llegó milagrosamente al puerto de Cartagena a nombre del consignatario Carlos Rizo. Al contemplarla, el Padre Moreno y los presentes quedaron sobrecogidos por su belleza, y tras un sorteo, se la nombró “María de las Maravillas”, en referencia a la maravilla de su escultura.
El 25 de julio de 1725, Cehegín recibió la imagen con enorme fervor. En la puerta de la Bodeguica, se presentó ante una multitud emocionada. Tal fue la devoción que el cajón donde viajó la Virgen fue destrozado y hecho astillas por la muchedumbre como reliquia.
Encargo, leyenda de su creación y llegada milagrosa

Pedro Antonio trasladó el encargo a su hermano Lorenzo Pereti, comerciante con Italia, quien viajó hasta el prestigioso taller de Nicolás Fumo en Nápoles. Las crónicas discrepan sobre si Lorenzo encargó la obra desde cero o seleccionó una imagen mariana inacabada. Sin embargo, la leyenda popular cuenta que entre 1721 y 1722, el escultor, obsesionado con lograr un rostro de belleza sin igual, soñó con el semblante perfecto de la Virgen y, al despertar, el escultor comenzó a trabajar pero fueron los ángeles quienes guiaron la mano del artista, y que la Virgen, una vez terminada la imagen, descendió desde el cielo para abrazar a la imagen, escogiendo su pueblo como lugar de gracia y protección.
La imagen partió de Nápoles en un barco mercante inglés, que naufragó en aguas mediterráneas. Sin embargo, el 16 de julio de 1725, un cajón con la imagen intacta llegó milagrosamente al puerto de Cartagena a nombre del consignatario Carlos Rizo. Al contemplarla, el Padre Moreno y los presentes quedaron sobrecogidos por su belleza, y tras un sorteo, se la nombró “María de las Maravillas”, en referencia a la maravilla de su escultura.
El 25 de julio de 1725, Cehegín recibió la imagen con enorme fervor. En la puerta de la Bodeguica, se presentó ante una multitud emocionada. Tal fue la devoción que el cajón donde viajó la Virgen fue destrozado y hecho astillas por la muchedumbre como reliquia.
Iconografía, estilo y patronazgo
La Virgen de las Maravillas está realizada en madera de cedro policromada con técnica de estofado. Presenta a una madre con su Niño, no en un momento íntimo, sino mostrándolo al pueblo, apoyado en su brazo derecho, algo poco habitual en la iconografía mariana.
Toda la imagen posee un gran dinamismo, visible en los pliegues de su manto que recuerdan una columna salomónica y en la postura de su cadera en contrapposto, recurso típico de la escultura napolitana del siglo XVIII. Su rostro, de belleza idealizada y proporciones clásicas, evoca los modelos renacentistas y las obras de Rafael Sanzio, contrastando con el barroquismo de sus vestiduras y las carnaciones blanquecinas y sonrosadas.
El 10 de septiembre de 1925, el Papa Pío XI decretó la Coronación Pontificia de la imagen, y en 1927 fue proclamada oficialmente Patrona de Cehegín. La corona, de estilo imperial, está realizada en oro, plata y piedras preciosas, destacando una paloma blanca símbolo del Espíritu Sant
“La Virgen de las Maravillas: Alcaldesa de Corazones y Señora de Cehegín”
En 1953 el pueblo quería que su Madre fuera nombrada patrona oficial de la villa. Bajo la alcaldía de Felipe Peñalver la Virgen de las Maravillas fue nombrada alcaldesa honorífica de la ciudad.
La vara de alcaldesa fue entregada el día 14 de septiembre antes de comenzar la procesión de regreso de la Virgen a su santuario y antes de terminar las fiestas en su honor. El titulo fue entregado por el obispo.
La vara fue realizada por la casa Villanueva y Layseca en Madrid. Realizada en carey, con empuñadura de oro y brillantes y escudo al frente. Esta se sitúa a la derecha de la imagen recordándonos que es madre de todos los fieles y máxima autoridad.
En el año 2007 hubo en Murcia una exposición Salzillo testigo de un siglo donde se propuso revivir la Murcia del siglo XVIII. Allí tomaron cita grandes obras del dieciocho entre las que se encontraba la hermosa talla de la Virgen de las Maravillas. Los profesores de la universidad de Murcia encuentran una gran similitud entre las Virgen de las Maravillas y la obra mas barroca de francisco Salzillo San Juan.
Cabe destacar que la procesión del día 10 de septiembre, día de la Virgen de las Maravillas es la más solemne y multitudinaria de la Región de Murcia. Miles de personas venidas de Barcelona, Murcia… y pueblos anexos acompañan a la imagen desde el convento de San Esteban a la parroquia de Santa María Magdalena en un ambiente de jubilo y exaltación mariana sin igual.
